Todos estamos concernidos…
Nada, absolutamente nada de lo que somos está roto o desconectado. Quizás no entendamos el vínculo, pero somos un inexorable hilo conductor de humanidad desde el primer ser humano.
Nada, absolutamente nada de lo que somos está roto o desconectado. Quizás no entendamos el vínculo, pero somos un inexorable hilo conductor de humanidad desde el primer ser humano.
Hay un modo de evitar la soledad existencial: mirar con atención al otro en el momento presente.
Lea era la palabra honda y el sentir diáfano. Eso hizo posible el prodigio de una amistad que perduró a pesar del tiempo y la distancia.
«La abdicación del reloj», «De mí parten las aves esta mañana» y «Mínima filosofía acostado sobre la tierra húmeda».