Carta a mi hija quinceañera
Sé siempre una flecha de luz en ascenso al infinito. Recuerda que estás aquí para dejar una estela luminosa tras de ti, no para poblar de sombras el mundo. Deja eso a los inicuos. Tú eres un alma bella.
Sé siempre una flecha de luz en ascenso al infinito. Recuerda que estás aquí para dejar una estela luminosa tras de ti, no para poblar de sombras el mundo. Deja eso a los inicuos. Tú eres un alma bella.
Un hábito guiado por el corazón jamás llegará a ser rutinario, puesto que se actualizará renovadamente cada vez, y nunca será factible el cansancio. Alguien que actúa así podrá decir que ama con convencida constancia.
En el himno de las cosas pequeñas es posible oír la gloria de la vida abriéndose paso.