Palomas, palabras y misterio
Somos las palomas que alguien más observa… y no lo sabemos. Incluso… quizás seamos observados más allá del tiempo y del espacio, y de las fronteras de este mundo que altivamente creemos único…
Somos las palomas que alguien más observa… y no lo sabemos. Incluso… quizás seamos observados más allá del tiempo y del espacio, y de las fronteras de este mundo que altivamente creemos único…
En un artículo de amplia circulación durante las décadas de 1970 y 1980, Roland Barthes hizo algunas afirmaciones que más tarde se convirtieron en lugares comunes, pero que hoy nos lucen imprecisas algunas y discutibles otras.
Si el mundo es el discurso de la armonía cardinal, el hombre es su más elevado recurso discursivo.
El alma de la belleza —armonía oculta— establece un diálogo de opuestos con la belleza explícita, con lo cual se genera un equilibrio del que escasamente tenemos una vaga intuición. Hacer arte es participar de este coloquio.
La memoria es un locus fecundus. Hace posible que el creador y el evocador engendren conjuntamente para la belleza intermitente un nuevo domicilio en el espíritu.
El objetivo del presente estudio es realizar una aproximación al lenguaje asertivo desde la perspectiva de la pragmalingüística, con el objeto de ofrecer un marco alterno de referencia a los actos comunicacionales propios del proceso educativo.
Siempre existe la belleza. Unas veces es evidente y otras no. La que apreciamos está soportada por otra invisible, y sin importar cuan recóndita sea esta, es imperecedera.
Quedan, sin embargo, pequeños rescoldos de aquel lenguaje portentoso según el cual decir y hacer eran una misma cosa. No todo es ceniza y viento.