Los otros son el tiempo que me ha sido otorgado, una magnitud reticente a ser medida por la vanidad de los relojes.
La imaginación crece sin pudor en el sigilo de lo arcano, allí está su mayor potencia creativa, la semilla casi imposible.
Hay en el alma una noche más luminosa que la suma de todos los mediodías, una en la que el misterio es el guardián de una luz tan alta que su sola contemplación bastaría para abandonar el poder del verbo y su sombra en el silencio…
La belleza es el latido de Dios en el mundo. Sin ella, está ciego el tiempo y sorda la eternidad que somos.
Escribo solo para hallar la belleza absoluta y su correspondencia más alta con la palabra.
La dimensión retórica de un texto literario se ordena a la potenciación persuasiva de su belleza.
La fractalidad supone un contenerse en sí misma a diversas escalas y no únicamente un repetirse.
Solo se cruza hacia la contemplación por el umbral del sigilo… La poesía, en especial, habita el reino de lo callado.