Cartas a Évangéline. #4
El poeta que escriba sordo al logos apenas fecundará el verbo; será un artífice que poliniza palabras, pero negándoles el alma que solo por virtud del logos podían tener.
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El poeta que escriba sordo al logos apenas fecundará el verbo; será un artífice que poliniza palabras, pero negándoles el alma que solo por virtud del logos podían tener.
La misión del poeta es, por tanto, extraer de la mudez de las cosas circunstanciales el logos que hace posible que el sentido de aquellas deje de parecernos no lógico.
Hay un logos de las cosas, de las circunstancias, del mundo y del universo; pero, al cabo, todos son uno solo por virtud de la armonía, esto es, de la belleza.
El poeta es un silencio doble, o triple… Silencio atrás del silencio… Un silencio cuyo contorno son las palabras.
El poder seductor de la literatura es ajeno a nuestro tiempo. Pareciera que no somos ya tan ingenuos…
El coronavirus pasará, y entonces habrá un notable cambio ontológico, metafísico y, por ende, antropológico.
El término «ásperger» no está aceptado por el Diccionario de la RAE, lo que nos coloca en una situación difícil para su uso.
El viaje de Alfeo es la metamorfosis ontológica por virtud de la belleza… y el amor a ella. En cada poema, el poeta muere y es otro al cabo del mismo… Solo su ausencia puede hacer posible el poema.