Al principio solo un charco en el alma Se diría que imperceptible Luego el charco está aquí y allá en el séptimo cumpleaños en las noches del niño velando el sueño del padre moribundo en la calle abierta en las manos despobladas El archipiélago de charcos se hace lago en el alma superficial al inicio Finalmente el lago es el fiordo hondo helado Se diría que imperceptible El niño crece también el agua y el fiordo está aquí y allá en la sonrisa del hombre en sus palabras escasas lejanas ayuno de lenguaje el silencio hondo helado La obra está concluida Se diría que imperceptible Apenas una leve tristeza en la mirada una mirada como de Kästner oculto en medio de la muchedumbre
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© 2021 Jerónimo Alayón.
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