Poesía fractal 2, Jerónimo Alayón.

Poesía fractal (parte II)

En el artículo pasado abordábamos las cuestiones genéricas sobre el fractal en cuanto que objeto geométrico y su relación con algunos manifiestos literarios que pudieran servir de base teórica a una literatura inspirada en sus características. En esta ocasión, desarrollaremos las prerrogativas generales y específicas de lo que, según me parece, sería un texto fractálico y en una próxima entrega abordaremos finalmente los aspectos de mi propia poética al respecto.

En términos generales y a mi juicio, las dos características de un texto fractálico han de ser, ni más ni menos, las mismas de todo fractal: la recursividad y la autosemejanza. Ambas se complementan entre sí. La recursividad supone que un cuerpo se contiene a sí mismo a escala infinita, lo cual implica por defecto la autosemejanza, es decir, que un fractal textual ha de repetirse indefinidamente en proporciones cuasisemejantes, algo así como las cajas chinas y las matrioskas.

Dicha recursividad autosemejante nos hace mirar a la línea cuasirrecta y a la espiral, no al círculo. Un recurso literario fractálico no es el que se repite circularmente, sino aquel otro que se reitera escaladamente de manera espiralada o cuasirrectilínea, tal como en la naturaleza serían, respectivamente, la concha del caracol y la rama de un árbol. Por consiguiente, el desafío es trasladar dichas características fractales a un poema, lo cual supone considerar este tanto en sus figuras retóricas cuanto en su dimensión estructural.

En lo atinente a la retórica fractal, recomiendo la lectura de «Principios retóricos de fractalidad poética», un texto que he publicado recientemente sobre el asunto en ViceVersa Magazine. Digamos, a modo general, que las figuras literarias que se pueden considerar fractálicas son las de repetición (subtipo de las de dicción) y de amplificación (subclase de las de pensamiento), siempre y cuando aquellas cumplan con el fundamento de recursividad autosemejante, puesto que el poema fractálico debe necesariamente ser escalable.

La dimensión retórica de un texto literario se ordena a la potenciación persuasiva de su belleza.

Sabemos que la dimensión retórica de un texto literario se ordena a la potenciación persuasiva de su belleza, de modo tal que aquella se constituye en una suerte de seducción en la que la inteligencia y la emoción resignifican las palabras. Así pues, la escalabilidad de la que hablábamos más arriba tiene una expresión material en los signos que vemos distribuidos en una composición poética, por ejemplo, en el caso de la anáfora, pero posee además una marca intangible en los significados, de la cual solo puede dar cuenta cada lector, por lo tanto, un poema fractálico dará lugar a tantos fractales literarios como lecturas halla de él.

Ahora bien, por virtud de la fractalidad retórica el poema consigue expandir o contraer su recursividad y, con ella, la expresión del potencial de su estética poética. De allí que este aspecto sea crucial para la consecución de la autosemejanza tan necesaria a un texto con tales características, razón suficiente para acometer en profundidad una interrogación a la retórica y sus recursos en orden a una poiesis fractal. Personalmente estoy convencido de que estas consideraciones comienzan a abrir un nuevo capítulo de los estudios retóricos.

Un poema fractal no es, sin embargo, solo retórica. La estructura es otro aspecto de vital importancia, pues la recursividad no es apenas semántico-fonética, sino también estructural. Aún más: ambas dimensiones son inseparables, como bien sabemos. En dicho sentido, la fractalidad poética debe aludir al origen etimológico del término, al fractum latino, por consiguiente, ‘lo roto y fraccionado’ tiene que estar a la vista, apreciarse en una corporeidad textual fragmentada pero autosemejante.

Lo que pretendemos proponer es que hace falta, para construir el poema fractal, avanzar a una estructura estrófica que tal vez nos pueda resultar compleja y hasta barroca. Quizás sea bueno decir que ningún período/estilo artístico se ha acercado tanto a la fractalidad como el barroco. La estrofa fractálica supone identificar en ella fragmentos recursivos que sean autosemejantes a aquella en los significantes, los significados y el sentido de estos.

Este último aspecto quedará más claro en el próximo artículo cuando exponga detalladamente los aspectos teórico-procedimentales de mi poética fractal, e ilustre con poemas concretos la construcción de la recursividad autosemejante en la dimensión retórico-estructural de dichos textos. Se trata, pues, de mostrar concretamente mi poiesis fractálica.

Alayón, Jerónimo. «Poesía fractal (parte II)». El Nacional. 24 de diciembre de 2021 | https://www.elnacional.com/author/col-jeronimoalayon/

© 2021 Jerónimo Alayón

© 2021 El Nacional

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