El fulgor de tu rojiza cabellera llega hasta mí en un vaho azul Te veo en el pórtico de la caverna seno de la montaña casa de las diez rosas y te oigo rezar un salmo antiguo La belleza es el fulgor de la verdad… Caminas majestuosa hasta mí tomas vaporosamente mis manos y me conduces al ara del tiempo Allí nos mira desde su trono el ojo de la eternidad una rosa de siete pétalos dorados con el corazón en flama circundada por nueve rosas púrpuras Deposito sobre el altar la llave del tiempo y los tres pergaminos sagrados con mi nombre Me conduces hasta el mar de bronce una a una me despojas de mis vestiduras con milenaria castidad y me arropas con sus aguas Me guías luego hasta el río de fuego que corta en dos la sacra caverna me sumerges en sus flamas antiguas y susurras mi nombre un nombre indecible más allá de la niebla azul y del silencio todo sin soltar mi mano y con cuido eterno Oigo entonces tu nombre Leah en la voz de las doce campanas del tiempo y me estremezco al despertar Sé que te he soñado tan pura que siento vergüenza de pertenecerte
© 2021 Jerónimo Alayón.
Suscríbete al blog para estar al día: