La llave, la palabra y el horror
Al cabo queda una verdad inconmovible: la historia también gira la llave y deja bajo silencio sepulcral lo que en su momento fue grotesca fanfarria verbal.
Al cabo queda una verdad inconmovible: la historia también gira la llave y deja bajo silencio sepulcral lo que en su momento fue grotesca fanfarria verbal.
Estoy convencido de que el mal no es consubstancial al ser humano, sino accidental. Por naturaleza tendemos al bien, y en esto me separo de Kant, Hobbes y otros tantos.
Desde hace tiempo me ha parecido encontrar cierta similitud entre la llave y la palabra, entre la cerradura y el discurso.