El líder líquido moderno
De una parte, el político deviene en marca y es sustituible en términos de consumición. De la otra, el ciudadano es rebajado a la condición de cliente y su confianza es reemplazada por una simple y provisional conveniencia.
De una parte, el político deviene en marca y es sustituible en términos de consumición. De la otra, el ciudadano es rebajado a la condición de cliente y su confianza es reemplazada por una simple y provisional conveniencia.