Tener y dejar
El atesorar es inmanente. El ceder, el legar, por el contrario, es trascendente. La trascendencia no es un viaje que inicie y concluya en uno mismo.
El atesorar es inmanente. El ceder, el legar, por el contrario, es trascendente. La trascendencia no es un viaje que inicie y concluya en uno mismo.
Quien busca saber también pretende ser otro. En esto radica el principio de la trascendencia. Hay una trascendencia gnoseológica en las cosas cuando son conocidas por nosotros, pero hay una trascendencia ontológica en nosotros cuando, conociéndolas, develamos su ser en el mundo.