Origen de «carajo»
El primer registro es un topónimo catalán del 982 d. C. que señala un «montis qui vocatur Caralio» (‘un monte llamado Carajo’).
El primer registro es un topónimo catalán del 982 d. C. que señala un «montis qui vocatur Caralio» (‘un monte llamado Carajo’).
La palabra carajo es de origen incierto, por lo menos así lo refiere el Diccionario de la Real Academia Española.