Carta a Évangéline #2
Entender el mundo es hacerlo humano. Poetizarlo, también. Suena hermoso, pero es a un tiempo terrible: la reducción del infinito logos del mundo a la finitud de la razón poética.
Entender el mundo es hacerlo humano. Poetizarlo, también. Suena hermoso, pero es a un tiempo terrible: la reducción del infinito logos del mundo a la finitud de la razón poética.