Carta a Évangéline #3
Al poner las cosas inmediatas en la perspectiva de las cosas lejanas tomamos distancia respecto de aquellas, de modo que lo circunstancial en que estamos inmersos deja de ser ilógico.
Al poner las cosas inmediatas en la perspectiva de las cosas lejanas tomamos distancia respecto de aquellas, de modo que lo circunstancial en que estamos inmersos deja de ser ilógico.