Carta a Évangéline #7
La obra de arte es aiónica, por tanto, se halla exiliada del tiempo cronológico. Su reino es el de la temporalidad de cada cual, a la que corresponde un tiempo único e irrepetible: el del ser.
La obra de arte es aiónica, por tanto, se halla exiliada del tiempo cronológico. Su reino es el de la temporalidad de cada cual, a la que corresponde un tiempo único e irrepetible: el del ser.