Una verdad en el aire
Si hay un domicilio de la verdad, está, sin duda alguna, en la fraternidad de la razón, nunca en el imperio de una mente unánime.
Si hay un domicilio de la verdad, está, sin duda alguna, en la fraternidad de la razón, nunca en el imperio de una mente unánime.
Cuando entendamos que un fragmento es signo de lo absoluto, estaremos en capacidad de ser profundamente detallistas.
Esta implicación entre el conocer y el querer es la síntesis de los impulsos del espíritu y las fuerzas del mundo material.