La tierna indiferencia del mundo
A veces los otros nos colocan en una celda. A veces nosotros mismos entramos a la celda. A veces la vida o nosotros somos la celda.
A veces los otros nos colocan en una celda. A veces nosotros mismos entramos a la celda. A veces la vida o nosotros somos la celda.
La nuestra es una lengua de semiosis oblicuas… una lengua que cada dos por tres convoca el escándalo de la belleza poética.
La historia de la coma es tan fascinante como compleja. Con más de dos mil años de antigüedad, este signo de puntuación encarna la tensión entre la lógica gramatical y la cadencia del habla.
El uso de la coma en la subordinación adverbial es, sin duda, el más complejo de todos, pues el principio de unidad sintáctica se hace confuso.
El uso de la coma en la subordinación adverbial es, sin duda, el más complejo de todos, pues el principio de unidad sintáctica se hace confuso.
Definitivamente, el uso más complicado de la coma atañe al de delimitador de oraciones subordinadas.
Uno de los usos más socorridos de la coma es el que le corresponde como delimitador de elementos coordinados.
La coma en la precedencia de ciertos complementos